...¿Por qué, Ginny?...

Capítulo 1 "Planes para el futuro"

Me encontraba acostada en mi cama, acariciando a Arnold, mi micropuff morado, mientras pensaba en él.

Su cabello rubio platino y sus ojos grises me encantaron desde que los vi pero no me había dado cuenta nunca de mis sentimientos por él. Draco Malfoy. El chico de mis sueños. Un Slytherin arrogante…pero lindo. Digamos que nunca me trató bien, pero esa era una de las razones por las que lo amo. Es un verdadero reto conquistarlo, pero yo estoy dispuesta a hacer cualquier cosa por él.
Es extraño que yo, Ginny Weasley, diga eso -o lo escriba- porque la familia de Draco siempre ha estado peleada con la mía. Nuestros padres fueron y son enemigos, incluyendo a mis hermanos mayores con su hijo, especialmente Ron.
Pero mira lo que depara el destino…

No falta mucho para que regrese a Hogwarts a mi sexto curso. Draco va a estar ahí, estoy segura, pues El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado ya ganó la batalla y él es hijo de mortífagos. Tengo que idear un plan para conquistarlo… pero, ¿cuál?
*Suspiro* Esto va a ser más difícil de lo que creí. Pero un Malfoy, como ya dije, es difícil de conquistar. Tienes que hacer algo que realmente atraiga su atención. He intentado muchas veces sorprenderlo con mi habilidad por el hechizo de los mocomurciélagos, pero siempre resulta que mis víctimas fueron amigos de él. No; esta vez tengo que hacer algo más que un hechizo.
Bueno, voy a empezar con las preguntas principales:


Cuestionario:

¿Cómo son los Malfoy?
Son ambiciosos, sedientos de poder, astutos…

¿Cuál sería el mayor logro para un Malfoy?
Obtener una victoria única; nada fácil y que sea muy bien recompensada y reconocida.

¿A qué se han dedicado los Malfoy últimamente?
A servir a El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado…

¡Ya está! ¡Ya se qué puedo hacer! Puedo hacerle un favor muy especial a Voldemort, el amo de los Malfoy, y él le contará a los Malfoy y así Draco…

¡Fantástico! ¡Soy una genio! Aunque… me dolerá mucho fallarle a mi familia y amigos, porque todos se supone que estamos en contra de Voldemort y sus mortífagos. Pero ni modo, ellos no saben que lo que yo siento por Draco es más fuerte…

Ahora debo planear qué me voy a poner para ir a ver a Voldemort. Tiene que ser mi mejor atuendo, porque según he oído, Voldemort se localiza en *sonido de tambores* nada más y nada menos que… la Mansión Malfoy.

Capítulo 2 "La calavera serpentina"

Aquí estoy, afuera de los terrenos de la Mansión Malfoy. Siento el aire hacer volar a mis mechones pelirrojos, bien arreglados en un peinado alto. Llevo mi vestido negro, con una túnica roja que hace juego con mi pelo.

Me quedé observando las rejas de la mansión de mi amado Draco. Era un majestuoso edificio con unas cuantas estatuas afuera y jardines bien mantenidos. Y pensar que a tan sólo unos palmos de aquí se encontraba Draco Malfoy…

Entonces, me armé de valor y crucé la reja.
De acuerdo, de acuerdo. ¿
A quién engaño de todas maneras?
Estaba muerta de nervios y miedo.
¿Qué diría Draco al ver que yo me presento en su casa? ¿O que dirían sus padres? ¿Qué opinaría Voldemort de mí?
De todas maneras, era algo extraño ir a ver a alguien quien años atrás me había usado –no, me había poseído- para lograr abrir la Cámara de los Secretos y finalmente debilitarme y dejarme morir para que él reviviera. *Suspiro* Pero todo lo que una hace por amor…

Toqué la puerta y una mujer rubia de ojos azules y expresión fría y arrogante me medio abrió la puerta. Me miró de arriba abajo y me preguntó:

-“¿A quién desea ver?”

-“A Lord Voldemort” respondí con la voz temblorosa. Aquella debía ser la madre de Draco.

-“¿De parte de quién?” preguntó la mujer.

-“Ginny Weasley”

La mujer arqueó las cejas al oír mi apellido, pero aún así fue a buscar a Voldemort –no para traerlo a la puerta, por supuesto, pero para preguntarle si podía pasar-.

Finalmente, la mujer regresó y me dijo:

-“Puedes pasar”

Entré a la Mansión Malfoy lenta y cuidadosamente. Era todavía más majestuosa por dentro que por fuera. Los pisos eran de mármol y brillaban de limpios, y las paredes eran suaves y con grandes adornos. Pero lo que más me llamó la atención fue el gran cuadro con marco de oro puro que se hallaba en medio de la habitación. La familia Malfoy estaba pintada en él, y se movía elegantemente.

La mujer me condujo a una habitación cerrada que estaba poco iluminada. Dentro se encontraban un escritorio de roble, un sillón detrás y una silla enfrente. Yo me fijé en que ya había algo sentado en el sillón y –tuve que reprimir un grito de horror- en que una gran serpiente verde se enroscaba alrededor del sillón.

Entonces una voz fría y aguda proveniente del sillón habló:

-“¿En qué puedo ayudarte, jovencita?”

Era obvio que Voldemort se burlaba de mí, primero por su tono y segundo por lo que decía.
Voldemort nunca era amable con alguien…

Yo no sabía que contestar, así que por mientras que me sentaba en la silla, miré al Señor Tenebroso. Era blanco y delgaducho como una calavera, y llevaba una capa negra que inspiraba terror y respeto. En vez de nariz tenía dos líneas, como una serpiente, y sus ojos rojos no tenían pupilas, sino rendijas.

-“¿Y bien? ¿A qué has venido?” preguntó de nuevo Voldemort, y me asusté aún más. No quería desesperar más a Voldemort….

-“Verá, señor, resulta que yo… que me gustaría unirme a su bando”.

Voldemort me miró con sus fríos ojos rojos, y yo bajé la mirada. Él rió.

-“Ya no veo porqué alguien me tenga la contra. Pero sí, casualmente resulta que yo necesitaba que alguien me hiciera un favor. Un favor muy especial, y ya que te veo mejor… tú eres la indicada para ese trabajo”.

¿Un trabajo? ¿Yo? ¿Qué?

-“¿Y cuál es ese trabajo, señor?” pregunté, nerviosa.

-“Verás, hay alguien que últimamente me ha estado causando muchos problemas, y que ha burlado hasta a mis mejores mortífagos y se ha salido con la suya. Necesito que lo derrotes en cuanto antes…” respondió Voldemort.

-“¿Y… quién es, mi señor?” pregunté.

-“Harry Potter”.

Nos quedamos en silencio por unos momentos. ¿Harry Potter? ¿Quería que derrotara al mejor amigo de mi hermano? Y, de todos modos, ¿cómo lo haría? No es tan fácil… además, yo últimamente me he llevado bien con él… No, esto iba a ser imposible, era muy difícil…

-“Pero, ¿cómo? Yo… yo… no creo poder hacerlo…” me excusé, pero me callé al ver que Voldemort me miraba, y tuve la impresión de que me examinaba con rayos X.

-“Mi querida niña, la única manera de conquistar a un Malfoy es derrotando a su peor enemigo, y esta es tu única oportunidad” dijo Voldemort, y yo me quedé pasmada. ¿Cómo lo supo? ¿Me habrá leído la mente?...

-“De acuerdo… pero, ¿cómo lo puedo derrotar?” pregunté.

El momento de espera a la respuesta de Voldemort me pareció una eternidad, aunque él respondió enseguida:

-“Conquistándolo”.

Capítulo 3 "Conquistando al Elegido"

“Conquistándolo”

A pesar de que ya habían pasado días desde aquella escena en la Mansión Malfoy, las palabras del Señor Tenebroso me seguían resonando en los oídos. ¿Por qué? ¿Por qué precisamente conquistándolo?

De acuerdo, lo admito, estaba enamorada de Harry. ESTABA. ¿De acuerdo? Ahora prefiero a Draco. ¿Qué por qué dejé de querer a Harry? Simple; porque ya tiene novia (esa ojos chinos de la Cho Chang) y porque resultó ser un engreído y arrogante (con todos los chismes que hay de él en El Profeta…)

Ah, y hablando de Harry, precisamente hoy es su cumpleaños diecisiete, y también se encuentra… en mi casa. Sí, justo ahora lo escucho hablando con mi madre. Creo que le está dando su regalo…

¡Eso es! ¡Lo tengo! ¡Un regalo! ¿Cómo no se me ocurrió antes? Y ¿cómo desaprovechar esta oportunidad? Tengo que darle un regalo, un regalo que no se olvide jamás…

*Pensando con todas sus fuerzas* Oh. Creo que ya tengo la idea del regalo perfecto…



-“¿Puedes venir un momento, Harry?”

Hice todo lo posible para que mi voz sonara normal e inocente. Harry me siguió entonces a mi habitación.

Mientras él observaba mi recámara (resultó útil que nunca la hubiera visitado, ¿eh?) yo planeaba mi diálogo…

Primero que nada, lo normal e indiferente. Lo miré a los ojos, sus ojos verde esmeralda (No piensen que he cambiado de opinión, ahora prefiero los ojos grises…), respiré hondo y le dije:
-“Feliz cumpleaños”

Harry se veía nervioso, quién sabe porqué, pero aún así logró decir (aunque con la voz temblorosa):

-“Ah… gracias…”

Yo puse entonces la operación “Ojos cafés felinos en Ojos verdes cristalinos”, que dio resultado: Harry no logró sostenerme la mirada y se puso algo colorado.

-“Qué vista tan bonita” murmuró, pero yo lo ignoré. No íbamos a entretenernos con tonterías…

-“No se me ocurría qué regalarte” murmuré.

-“No hacía falta que me regalaras nada”

Yo ignoré su replica y continué:

-“Tenía que ser algo útil y no demasiado grande; de lo contrario no podrías llevártelo”.

Todos en la casa habíamos hablado y sospechado que Harry, Ron y Hermione se planeaban algo, pero no teníamos idea de qué y además ellos se rehusaban a decirnos.

Al parecer mi plan dio resultado, pues Harry me miró esta vez. Yo aproveché y me acerqué a él.

-“Y entonces pensé que me gustaría regalarte algo que te ayudara a acordarte de mí, por si…”-hice temblar expertamente la voz (vaya, a veces pienso que debería dedicarme a la actuación)-“no sé, por si conoces a alguna veela cuando estés por ahí haciendo eso que tienes que hacer”.

-“Me temo que ahí fuera no voy a tener muchas ocasiones de ligar, la verdad” respondió Harry.

¡Excelente! ¡La respuesta perfecta! Y lo digo porque iba de acuerdo; bueno, no de acuerdo, sino de ACUERDÍSIMO al plan…

-“Eso era lo único que necesitaba oír” susurré, y lo besé como nunca creí besar a alguien hasta entonces.

Harry cayó rendido a mis pies (literalmente, claro) pues los dos nos manteníamos parados mientras él me correspondía el beso, lo cual significa que mi plan tenía éxito…

Entonces se abrió la puerta y los dos nos separamos.

Oh, no. ¿Porqué en ese momento que todo estaba saliendo bien?
Ron y Hermione (que al parecer lo venía persiguiendo) se hallaban detrás de la puerta.

-“Vaya”, dijo Ron, “lo siento”.

-“¡Ron!” exclamó Hermione, apenas pudiendo hablar.

Todos nos quedamos en silencio. ¡Cuando agarre a Ron…! ¿Porqué tiene que ser tan entrometido? ¡Cómo me hubiera gustado cerrarle la puerta en sus narices…!

Pero el silencio y el plan tenían que terminarse aún, así que dije:

-“Bueno, feliz cumpleaños de todas formas, Harry”

Harry me miró y tuve la sensación de que quería decirme algo más, pero sólo dijo:

-“Hasta luego”, y salió con el entrometido de mi hermano y con la no-tan-rápida-para-detener-entrometidos de Hermione. Siempre me había llevado bien con ella, pero esta no se la perdono.
*Suspiro* Bueno…

Miren el lado bueno, el plan (bueno, la mayoría del plan) ya estaba hecho. Ahora solo quedaba esperar la reacción del ‘Blanco Pelinegro’.

Capítulo 4 "¿Horrocruxes?"

Cuando le conté los principios de mi plan al Señor Tenebroso, éste me felicitó por mi astucia. Pero todavía quedaban más cosas por hacer…
Tengo que rehacer mi plan, y esta vez tengo que tener mucho cuidado con Ron y con cualquier persona que se nos venga enfrente a Harry y a mí.

Así que esta noche pienso colarme en la habitación de Harry (no sin antes darle un caramelo laxante a Ron para que se instale en el baño) e interrogarlo sobre lo que sintió cuando lo besé y decirle que yo sentí lo mismo que él y bla bla… Wow. De ahora en adelante me hago una promesa: Nunca ser cursi cuando esté con Draco.
Ahora vuelvo, voy a darle a Ron un regalito que va a ser de su agrado…
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No-puedo-creerlo. ¡Mis planes tienen últimamente un éxito rotundo!

Para que lo sepan, Harry Potter, el Elegido, el Niño que Vivió, y como sea que lo llamen me acaba de confesar que le gusto. Resulta que ya llevaba tiempo desde que rompió con Cho Chang y que había sentido algo por mí…

Justo ahora le acabo de decir (bueno, mentir) que yo también sentía algo por él.

-“¿Enserio?” preguntó Harry, con sus ojos verdes brillando de la felicidad y emoción.

-“Claro” susurré, y lo besé.

Todo iba bien, hasta que Harry se detuvo.

-“¿Qué pasa?” pregunté, confundida.

-“No podemos… además, si Ron nos viera…”

-“¡Pero Ron está encerrado en el baño desahogándose con una taza!” le dije, pero Harry negó con la cabeza. ¡Qué necio resultó ser el chico…!

-“Bueno, no es exactamente por Ron. Es porque no quiero exponerte a Voldemort. Verás, si llega a saber que estamos juntos te va a utilizar al igual que con el diario… y además, yo necesito ir a hacer un encargo muy importante…”

-“¿Es eso que tú, Ron y Hermione se planean hacer, verdad?” pregunté, aunque ya lo sabía.

Harry sólo evitó sostenerme la mirada, y yo volví a preguntar:

-“¿Por qué no pueden decírselo a nadie?”

Bastó con eso, sólo con eso, para que Harry me lo dijera todo. TODO. Verán, es que yo desde pequeña me he dado cuenta de que tengo un talento muy especial. Un talento de hacer que los demás hagan lo que yo quiero sin hacer la maldición imperius.

Bueno, como decía, eso bastó para que Harry me lo revelara todo:

-“De acuerdo Ginny, te lo diré, pero sólo porque eres muy de fiar para mí. Dumbledore, antes de morir, me encargó una misión. Tengo que destruir unos objetos que se llaman horrocruxes”.

¿Horrocruxes? ¿Qué rayos son los horrocruxes?

-“¿Qué son los horrocruxes, Harry?”

-“Son fragmentos de alma de alguien, que se localizan en el objeto seleccionado. Tienen magia muy, pero muy oscura; por eso casi nadie los conoce o ha oído hablar de ellos”.

-“¿Y de quién son esos horrocruxes?” pregunté, aunque ya temia la sospechada respuesta.

-“De Voldemort”.

Intenté ocultar mi sorpresa. ¡El Señor Tenebroso tenía que enterarse de esto! ¡Mañana mismo, muy temprano, iré a la Mansión Malfoy a contárselo!

Capítulo 5 "La última reliquia"

Ahora mismo me encuentro en los jardines de la Mansión Malfoy, saliendo de mi pequeña visita con Vol… perdón, el Señor Tenebroso.

Le acabo de contar la ‘pequeña travesura’ de nuestro Blanco Pelinegro, y al parecer el Señor Tenebroso de verdad se espantó, pues puso los ojos en blanco y comenzó a temblar. Era extraño que alguien como él estuviera así. Pero yo logré tranquilizarlo, y juntos trazamos un plan para arruinar los planes de Harry.


FLASHBACK

-“Necesito un plan. Un plan para que Potter no se salga con la suya de nuevo…” se dijo el Señor Tenebroso.

Entonces me acordé de cuando Harry, Ron, Hermione, Luna, Neville y yo tuvimos nuestra pequeña aventura en el ministerio… ¡y el perfecto plan me llegó a la cabeza!

-“¿Qué tal si hace otra visión para engañarlo?” le sugerí, hinchada de orgullo.

Pero el Señor Tenebroso negó con la cabeza.

-“Sabría que es una trampa” dijo.

-“Pero entonces hay que hacerlo más real, como si sólo estuvieras pensando en la posición del lugar, aunque… ¡no, ya está! ¡Lo tengo!”

Otro plan, aunque algo basado en el anterior, me cruzó por la cabeza.

-“¿Qué tal si piensas en la verdadera posición del horrocrux, y espera a que Harry vaya? Puede esperarlo en la entrada del lugar y aprovechar y entonces… y entonces…”

Pero no pude continuar. La palabra era algo cruel como para mencionarla.

Pero al Señor Tenebroso se le iluminó la cara.

-“¡Y matarlo! ¡Brillante, Ginny! ¿Sabes? Con esa mente tan brillante podrías ser una excelente mortífaga…”

Yo no pude evitar sonrojarme. Vaya, es que era un gran halago…

Y, además, si me convertía en la mortífaga más leal al Señor Tenebroso, quizá llamaría más la atención de Draco…

-“Y puedo advertirle a mis mortífagos que pretendan, bueno ¿cómo no pretender? Si últimamente están bien sosos, que no han visto al chico entrar al castillo…” se decía el Señor Tenebroso.

-“Claro” dije.

-“Realmente brillante...”, exclamó el Señor Tenebroso, “pondremos el plan en marcha mañana en la noche”.

FIN DEL FLASHBACK

¿Un plan brillante, no? *Sonríe* No veo la hora en que Draco se fije en mí…
Pero ahora debo irme a La Madriguera, a preparar todo lo que le voy a decir a Draco acerca de mi victoria. ¡Chao!



Lo sé, lo sé. Parece ser que no conozco a Voldemort porque lo pongo menos malo de lo que normalmente es xDDDD, pero no me culpen, este fic lo hice hace un tiempo. Y todavía faltan capítulos por subir...
Bueno, bye.
Gracias y espero que les guste

Capítulo 6 "El peor error de mi vida"

*Grita como loca* ¡NO PUEDO CREERLO!

De acuerdo, antes de seguir comentando más, voy a explicarles: verán, es que me acaba de llegar una lechuza… ¡La lechuza de los Malfoy!
¡Y tiene un pergamino en el pico! Voy a quitárselo ahora mismo…

Y así, con mis manos sudorosas, leí:


Ginny: ¡No puedo creer lo que has hecho! El Señor Tenebroso me ha contado lo que has hecho últimamente y me has dejado perplejo.¡Lograste vencer a Harry Potter! Sabes, eso es muy impresionante. ¿Por qué no vienes con unos cuantos amigos a celebrar tu éxito en mi mansión?
Draco Malfoy

Vamos Ginny, respira. Respira. Respira. Eso es.
¡No puedo creerlo! ¡Draco me invitó a su mansión a celebrar! ¿Qué me pondré? Esperen, voy a preguntarle a mamá si ha visto mi vestido rojo…



-“Pasa, Ginny” me saludó la voz de Blaise Zabini, quien me había abierto la puerta al llegar yo a la Mansión Malfoy. Pansy Parkinson venía detrás de él, y a pesar de que ya todos en la fiesta sabían de mi éxito, ella no se veía feliz de verme.

Busqué entonces a Draco con la mirada, pero no lo encontré.

Zabini me tomó de la mano y me llevó a un sillón donde se hallaban unos jóvenes de Slytherin, y me di cuenta que Draco estaba con ellos, riendo.

Me senté al lado de él, pero él me dijo:

-“No, espera Ginny, ese lugar está apartado”.

Confundida, me fui a sentar con Zabini, quien me había hecho señas para que me fuera con él.

¿Apartado? ¿Para quién? Pero… ¡creí que él quería verme! Y de nuevo me pregunto… ¿para quién?

Mi pregunta fue respondida sin siquiera haber dicho algo. Una chica de largo cabello negro y ojos azules, muy hermosa, acababa de llegar y miré, horrorizada, la manera en que Draco le sonreía y le indicaba que se sentara junto a él.

-“Chicos, tengo que decirles algo”, anunció Draco, y todos le pusieron atención, “les presento a Astoria Greengrass, mi prometida”.




¡No! ¡No podía ser! ¿Su prometida? ¿Cómo había sucedido eso? ¿Qué no estamos muy chicos para pensar en esas cosas aún?

Sentí las lágrimas acumularse en mis ojos, y no aguanté ni un segundo en esa sala, así que salí corriendo, ignorando los gritos de Zabini: “¡Vuelve, Ginny! ¡Aún falta el postre!”

Ahora que estoy afuera, puedo dejar que las lágrimas salgan de mis ojos, y que mis profundos sollozos se escapen de mi boca, que tanto había ansiado un beso de aquel que ya estaba comprometido.

Y entonces un rostro me llegó de la nada a la mente. Era una cara delgada, con ojos verdes esmeralda que eran más brillantes aún con las gafas redondas que llevaba puesto el sujeto, quien también tenía un cabello negro azabache, despeinado pero lindo.

Y entonces me di cuenta que había cometido el peor error de mi vida, pues yo en realidad estaba y siempre estuve enamorada de Harry Potter.

Capítulo 7 "...¿Por qué, Ginny?..."

A pesar de que nunca me había aparecido y de que no tenía la edad permitida para ello, y no sin mencionar que me faltaba mucha práctica, logré desaparecerme de la Mansión Malfoy a Hogsmeade.

Tenía que alcanzar a Harry. No podía dejar que muriera ahora que me había dado cuenta de mis sentimientos por él…

Antes de que pudiera hacer nada, un par de mortífagos me agarraron por los brazos, me apuntaron con sus varitas y exclamaron:

-“¿A qué has venido, traidora a la sangre?”
Pero no podía dejar que un par de mortífagos estúpidos estropearan mi rescate, y me percaté entonces de que la unión con Voldemort sería útil después de todo…

-“Vengo a ver al Señor Tenebroso, ¿a que más puedo venir?”, le dije a los mortífagos, “aunque si él no ha decidido contarles tal vez es porque no son lo suficientemente confiables para él…”

Los mortífagos palidecieron, así que yo fácilmente pude escapar.

Me subí tantito la falda para que me permitiera correr con mayor rapidez hacia el castillo de Hogwarts.

Tenía que llegar al lugar donde se hallaba Harry, mi amado Harry, y rescatarlo. Un grupo de alumnos de quinto curso, todos de Gryffindor, cuchicheaban desesperados:

-“¿Lo han visto?”

-“¡Tienen a Harry!”

-“¡No se acerquen entonces al séptimo piso!”

No pude aguantar más y me desaparecí de nuevo, pero esta vez al séptimo piso, donde suponía que se encontraba Harry.
Aterricé, y al ver la imagen delante de mí, quedé horrorizada y petrificada. Harry estaba tendido en el suelo, sangrando gravemente.



-“¡Harry! ¡Harry!” grité y corrí hacia él. Al llegar junto a él, me arrodillé a su lado.

Harry, que milagrosamente estaba consciente, se percató de mi presencia y lentamente me miró con sus hermosos ojos verdes. Pero no me miraba con amor, sino con profundo resentimiento y tristeza. Definitivamente algo andaba mal…

Y entonces Harry logró articular palabra:

-“¿Porqué, Ginny?”

¡No puede ser! ¡Harry lo sabía! ¡Se enteró del plan! Pero, ¿cómo? ¿Acaso alguien se lo contó? ¿Quién?

-“Yo” dijo una voz fría y aguda, y Voldemort salió de la oscuridad, con una sonrisa burlona en sus labios.

Y entonces me di cuenta. Voldemort me había utilizado de nuevo, tal como la vez del diario. Había sido una idiota; no podía creer lo vulnerable que fui. Y aparte de todo era una trampa, pues Voldemort ya debía de haber sabido del compromiso de Draco.
No pude reprimir un grito de rabia. ¡No podía quedarme con los brazos cruzados viendo cómo el hombre al que yo amaba se debilitaba lentamente! ¡Tenía que vengarme! ¡Tenía que vengarme del ser que acabó con la vida de los padres de Harry, Sirius, Ojoloco, Cedric Diggory, y muchos más!

Así que firmemente me levanté del suelo, y avancé hacia Voldemort.

Capítulo 8 "El único al que de verdad amé"

Estaba decidida a vengarme de aquel que me había utilizado, y ya tenía en mente mis mejores maldiciones…

-“¡Mocomurciélagos!"

A continuación, montones de gargajos salieron de mi varita y se aferraron a la blanca cara de Voldemort.

Aprovechando que éste no podía ver y que forcejeaba en vano para quitarse los gargajos, murmuré:

-"Avis..."

Unas cuantas aves blancas se deslizaron desde la punta de mi varita, y yo exclamé:

-"¡Oppugno!"

Enseguida las aves corrieron hacia Voldemort, quien gritó de dolor mientras las aves le picoteaban cada trocito de su piel que encontraban, hasta que de la varita de Voldemort salió un inmenso destello verde que hizo que todas mis aves murieran.

Voldemort me miró con un intenso odio, y vi cómo lentamente (nada más para mí fue lento, porque sus reflejos eran muy buenos) levantaba su varita:

-“Despídete de este mundo, traidora a la sangre”

Y antes de que pudiera hacer nada, otro destello de luz verde salió de su varita, y todo se oscureció.



El rostro de Albus Dumbledore apareció ante mí cuando recobré la vista.

-“¿Qué…?”

-“Hola, Ginny” saludó el anciano como si nos hubiéramos encontrado en el Caldero Chorreante.

-“¿Qué es aquí?” pregunté, pues detrás de Dumbledore divisé un campo; una especie de parque.

-“Puede ser lo que tú quieras, siempre y cuando estés feliz con tu alrededor” respondió Dumbledore.

-“¿Cómo llegue aquí?” pregunté, y entonces me acordé de Voldemort, Harry, del destello verde…

-“¡Por Merlín! ¿Acaso yo he…?”

Pero la palabra tan difícil de pronunciar no me salía de la boca a pesar de los esfuerzos que hacía para hablar.

-“Sí, Ginny, es extraño decirlo pero al final te acostumbras. Tus sospechas son ciertas. Estás muerta”

Me quedé paralizada. ¿Así que esto era morir? ¿Se supone que yo iba a ser feliz aquí sin saber nada del hombre que yo amaba, que se encontraba en el mundo de los vivos?

-“Pero… pero…”

-“Antes de que digas otra cosa Ginny, te informo que alguien quiere verte” me interrumpió Dumbledore, y en ese instante apareció Fred, mi hermano.

-“¡¿Fred?!” exclamé.

¿Cómo podía haber muerto? ¿Cuándo pasó? ¿Y que OCURRÍA con el mundo?

-“Hola, hermanita” dijo él, aunque con cierto aire de tristeza.

-“¿Qué te pasó?” pregunté.

-“Una maldición asesina de un mortífago me dio en la cara” dijo.

-“A mi me la dio Voldemort” le dije.

Fred me miró, sorprendido.

-“¿Quién-tú-sabes te mató?” preguntó, sin dar crédito a sus orejas.

-“Sí” respondí.

-“Vaya…”

Dumbledore se apartó de nosotros con una expresión extraña en sus ojos.

-“¿Qué ocurre?” pregunté, preocupada.

-“Te necesitan en el mundo de los vivos, Ginny” murmuró Dumbledore.

-“¿Quién la necesita?” preguntó Fred.

Dumbledore nos miró con sus ojos azul claro, y dijo:

-“Harry Potter”.

No lo podía creer. ¿Harry? ¿Estaría bien? ¿Estaría más herido que antes?

-“Claro, sólo tú puedes decidir si ir a la tierra de los vivos o quedarte aquí” me dijo Dumbledore, y yo miré a Fred.

-“Te voy a extrañar” le dije, y lo abracé.

-“Igual yo” susurró Fred, y a continuación me despedí de él y de Dumbledore y sentí que daba vueltas sobre mí misma, en medio de un torbellino de colores.


-“Ginny… Ginny… no te mueras…” gemía Harry, que estaba arrodillado a mi lado, y yo abrí mis ojos y vi su rostro delante del mío, y me percaté de que sus ojos verde esmeralda estaban anegados en lágrimas.

-“Ginny… perdóname… por no creerte…” sollozó Harry, y yo lo abracé al igual que como había hecho con Fred hace unos momentos.

-“Claro que te perdono Harry… pero antes, ¿tú podrías perdonarme a mí?” susurré.

-“Ya estás perdonada” susurró Harry, y me dio un beso, tan tierno y dulce como él.

Cuando nos separamos, miré a mi alrededor.

-“¿Qué pasó con Voldemort?” pregunté.

-“Acabé con él justo cuando él te mató” me dijo.

-“¿Cómo? ¿Y el horrocrux?” pregunté, confundida.

-“Resultó que Ron y Hermione se me adelantaron desde antes de que Voldemort me pusiera la trampa…” explicó Harry.

-“Oh, Harry…”

Los dos nos miramos un momento, hasta que yo dije:

-“Harry, te lo voy a explicar todo, verás… yo estaba enamorada de Draco, y pensé que la única manera de conquistarlo era hacerle un favor a Voldemort, su amo. Fui con él, y me dijo que te destruyera conquistándote… ¡Es que fui una tonta, Harry, una tonta! Justo cuando Voldemort te puso la trampa, yo fui a celebrar a casa de Draco y resultó que él ya tenía novia y justo entonces me di cuenta que te amaba a ti, y a nadie más que a ti. Perdóname Harry, porfavor”

Mis ojos derramaban gruesas lágrimas sobre mi regazo y bajé la mirada, no podía sostenerla la mirada a Harry.

-“Ginny…”, me dijo, tomándome de la mano, “no te preocupes por eso, yo te comprendo… olvídate de todo lo que pasó, ya todo está perdonado”.

Yo lo miré esta vez, y nos quedamos mucho rato viéndonos a los ojos de nuevo, y lentamente nos acercamos…

-“¡Harry! ¡Ginny! ¿Están bien?... ¡Oh, lo siento!”

Miré, molesta, como las orejas de Ron se tornaban de un rojo granate. Una cosa era segura: Ron nunca iba a dejar de ser un entrometido.
Hermione iba detrás de él, y se tomaban de la mano. ¿Acaso eran…?

-“¿Son novios?” preguntó Harry con total naturalidad, como si hubiera sospechado eso desde mucho tiempo atrás.

Las orejas de Ron se pusieron aún más rojas, y Hermione se sonrojó mientras ambos decían claramente:

-“Sí”.

-“¡Los felicito!” exclamamos Harry y yo, sonrientes, parándonos y dándoles un abrazo (Harry a Ron y yo a Hermione).

Harry entonces me miró y dijo:

-“Ahora, si nos disculpan, Ginny y yo necesitamos hablar a solas”.

Ron y Hermione asintieron con la cabeza, y Hermione me hizo una seña con el pulgar hacia arriba: “Bien hecho, amiga”.
Entonces se fueron, platicando entre ellos y riendo, y yo me alegré mucho por ellos: nunca los había visto tan felices.
Ahora miré a Harry, quien también me miró.

-“Ginny, ya que Voldemort está acabado…”-se inclinó y me tomó de las manos-“¿quieres ser mi novia?”

Yo sonreí como nunca creí sonreír y le dije:

-“Claro que quiero”

Harry se levantó, sonriendo de oreja a oreja, y juntos salimos del aula, aún tomados de la mano.

No me había dado cuenta aún de que ya que Voldemort estaba muerto éramos libres, libres por fin.

FIN