Mi Querida Enemiga..* (H/Hr ; Hr/D) +13

Primera Parte de *Vivir sin ti*

Comentario Inicial:

Hermione es una pieza importante en los planes de Voldemort, aparte de ser la novia de su letal enemigo: Harry Potter, ella es una chica con gran poder mental y aunque sea una sangre sucia, el Señor Tenebroso tiene algo muy especial para ella.

Después de secuestrarla y hacerle pensar que Harry esta detrás del asesinato de sus padres, Hermione Granger regresa a Hogwarts donde le espera la venganza para sus padres y el amor del chico que jamás imagino (No estoy hablando de exactamente de Harry)

Lo que nadie sabe es que ella se ha vuelto una amenaza y tendrá que luchar contra los impulsos de matar al hombre que ama.

Capitulo: Dulce Felicidad.

Observaba el cielo y a cada una de las estrella que este contenía, quizás nunca disfrutaría una clase de astronomía tanto en su vida, aunque no estuviera poniendo atención sentía una profunda paz, todos estaban mirando hacía arriba sin mostrar atracción alguna por lo que veían.

Pero en ese momento Harry Potter podía afirmar que se sentía feliz, preocupado pero feliz, nunca en su vida había tenido lo que tenía ahora, en ese instante su novia, Hermione Granger, la cual también era su mejor amiga, estaba recargada en su regazo prestando todo su interés a las constelaciones, mientras la profesora Sinistra checaba la hora en su reloj para poder indicarle a sus alumnos que ya era hora del banquete de fin de cursos.

- Chicos, ha sido un placer estar con ustedes estos años- dijo Sinistra- pero es momento de que nos despidamos, ya que el curso que se avecina solo estudiaran aquello a lo que su vida estará dedicada- algunos asintieron y otros la vitorearon- ahora debemos dirigirnos al Gran Comedor para el banquete de fin de cursos.

Se encamino a la puerta y todos sus alumnos la siguieron, salvo Harry y Hermione que no se movieron de su lugar; el chico acarició su frondoso cabello, con cariño pasaba sus dedos entre largos mechones de pelo, Hermione estiro sus brazos para atraer la cara de su novio a la suya, y así poderle dar un beso en un ángulo muy extraño.

- Te amo y lo sabes- dijo la castaña, girando para estar frente a frente- no creo que haya otra que pueda hacerlo más que yo.

- ¿Estas segura?- pregunto el moreno, alzando una ceja- recuerda que detrás de ti hay una fila de brujas esperando por mi.

- Lo sé pero eso no cambia el hecho de que yo te adoro- contesto Hermione dándole pequeño beso en la punta de la nariz y levantándose de su pupitre- además de que he sido tu amiga desde primer año… ¿Acaso crees que ellas te podrían dar lo que yo te doy?

- Si, claro- dijo imitándola, se paro y la siguió a la puerta.

- Entonces mi cariño, lealtad y amor… ¿Son reemplazables?- cuestiono indignada, fingiendo que se iba de ahí dejándolo solo en el aula.

Harry sonrió para si mismo y corrió tras ella, cuando por fin la alcanzo, le llego por la espalda, la tomó por la cadera y la cargó, la chica comenzó a palmear los brazos de su novio, Harry la bajo y la beso, sus bocas se fundieron por minutos haciendo que sus labios se unieran en una calida muestra de amor.

- Por favor- pidió Ron- sé que se aman… ¡Todo el mundo sabe que se aman! Pero no es mucho pedir que dejen de hacer eso frente a sus amigos.

Hermione y Harry se separaron, Neville los miraba asombrado por el tiempo que habían durado con ese beso y Ron estaba con los ojos blanquecinos, ambos se tomaron de la mano y encogieron sus hombros sin poder esconder su alegría; después de todo, en esos momentos no había mucho por lo que estar contentos, cada semana había una muerte ó alguna desaparición.

Los cuatro llegaron con retraso al Gran Comedor, donde ya estaban cenando los alumnos puntuales, Ron y Neville se sentaron en el primer lugar que vieron, mientras que Hermione jalo a Harry hasta un asiento cerca de Ginny.

- Se han salvado- se quejo Gin- Dumbledore nos ha dado un sermón enorme sobre El-Que-No- Debe-Ser-Nombrado…pfft…nos dio consejos y miles de advertencias, ¡Merlín! ¿Qué no se cansa?

- Tranquila- le expreso Hermione.

- Si, lo hace por nuestro bien- menciono Harry, mirando a Hermione con cariño al mismo tiempo que se servía comida en su plato de oro- no te quieres enterar de lo que me dice a mí en las clases privadas.

- En realidad…si quiero- dijo Ginny emocionada acercándose a Harry.

- Pero no te puedo decir- reitero Harry- solo Ron y Hermione deben saber, aunque si te quita esa cara de amargada que te dejo su sermón... lo dice porque los Cobden y los Murdock, fueron asesinados, Gina y Steve se quedaron solos, el ministerio le ha prohibido decir algo, ya que causaría pánico.

- Es por ello que le preocupa- afirmo Hermione apoyando lo que decía Harry- estamos a punto de ir a nuestros hogares, lejos del resguardo de Hogwarts.

- Tiene sentido- comento Ginny.

- Claro que lo tiene- asevero Harry- aunque yo no pueda regresar a casa de los Dursley, así que tampoco puedo gozar de estar en esa casa- bufo.

- Eso no me lo habías dicho- se sorprendió Hermione- ¿Dónde pasaras tus vacaciones?

- Con Dumbledore- contesto- esta convencido de que en estos meses podemos encontrar otro Horrocrux, recuerda que son siete: el anillo, el guardapelo, la tiara, la serpiente, el diario y él- enumeró.

- ¿Están seguros de que solo hay siente fragmentos?- pregunto Ginny insegura.

- Solo es teoría, podría haber más pero según Dumbledore, Voldemort era muy supersticioso y como el numero siete es mágico.

- Sigo creyendo que podrían ser más- divago Ginny- Si lo que quieres es no morir nunca, entonces ¿Por que no hacer miles?

- Pero también podrían ser menos- agrego Hermione.

- No lo sé, lo único que tenemos asegurado es que dos ya no existen- dijo Harry al mismo tiempo que los postres desaparecían de las mesas y el director se levantaba para dar su discurso.

Dumbledore se tardo cerca de 15 minutos en decir todo lo que considero importante para la seguridad de sus discípulos, en seguida hizo hincapié en que no debía estar solo nunca y que si era posible tuvieran protección mágica sobre sus hogares.

- …Deben recordar que están al acecho- termino el anciano director- ahora deben subir a descansar, el tren partirá temprano y habrá mas de uno que no ha hecho su baúl.

El Gran Comedor se fue vaciando poco a poco, al final solo quedaban los miembros del Ejército de Dumbledore, Harry se despidió de ellos y les hizo ver que con lo mucho que habían aprendido en sus reuniones les podría servir en algunas situaciones.

Después de eso los miembros del ED, se separaron cada quien a su sala común, Ron, Ginny y Neville se fueron inmediatamente a sus dormitorios, sin embargo, Harry y Hermione decidieron que debían charlar un poco antes de dormir.

- Te voy a extrañar- dijo Harry, ambos estaban sentados en el sofá frente al fuego, él la tenía rodeada con su brazo y ella tenía sus piernas dobladas sobre el sillón, los dos miraban las llamas- no sé como resistiré dos meses lejos de ti.

- No seas dramático- se burlo Hermione- tú estarás haciendo una gran labor por la comunidad mágica, en cambio yo…

- Tú estarás resguardada en el cuartel general de la Orden del Fénix, junto con tus padres- dijo Harry- ya están las habitaciones acondicionadas.

- Pero mis padres tienen planes…quieren ir a Ámsterdam este año- protesto la joven.

Harry suspiro repetidas veces, le molestaba que Hermione no estuviera en Inglaterra siendo cuidada por aurores y magos calificados pero le relajaba saber que en Ámsterdam no había mortifagos ni nadie peligroso.

- ¿Sabes? Desde que somos novios me siento mas inquieto- aventuró sin pensarlo muy bien- con respecto a tu seguridad.

- Esa postura es estupida- dijo Hermione, acomodándose para darle un beso.

- No lo es, ahora que eres más que mi amiga, corres mucho mas riesgo…Voldemort buscara herirme y lo lograría si te hace algo.

- Es por ello que es mejor que yo no este en el país estas vacaciones, ¿no te parece?

Harry frunció los labios junto con el entrecejo, “claro que no le parecía” estar lejos de ella era muy difícil, la sola idea lo mataba de preocupación, ni hablar de la idea de que le sucediera algo.

- Voy a estar bien- le aseguró Hermione acariciando su rostro que ahora se mostraba un poco frígido- ¿Qué podría ser lo peor que me podría ocurrir?

- Esa pregunta tiene miles de respuestas- dijo Harry con voz gélida, no le gustaba hablar del tema- y cada una es peor que la anterior.

- No te has preguntado lo que siento yo cada vez que pienso en que algún día te tienes que enfrentar a Voldemort.

- No estamos hablando de mi- atajo Harry.

Hermione se separo de él, cruzó los brazos sobre su abdomen y miro con furia a la chimenea, Harry se estaba portando como un imbecil, un novio estupído cegado por su corazón y que no dejaba hacer su trabajo a la lógica.

- ¿No estas enojada ó si?- pregunto Harry haciendo un mohín muy tierno para que su novia se riera.

- ¿Como podría estarlo?.

Dejaron de charlar para desencadenar pasiones, prefirieron una sesión larga de besos a arreglar la diferencia que suscitaba un problema a futuro pero ¿Quien dejaría de lado aquella dulce felicidad?

CAPITULO 2: Propósitos…*

En la solariega casa que se postraba ante la colina más alta de Dover, muy cerca de los acantilados, se estaba llevando a cabo una reunión entre los magos mas buscados de toda Inglaterra, y no era exactamente porque estuviesen desaparecidos.

- Mi señor- decía Rabastan- la información que nos ha proporcionado Snape no tiene relevancia.

- Exacto, ¿De qué nos puede saber que Potter tiene novia?- coincidía Dolohov.

- Si lo miran desde un punto útil- tercio Severus- la chica puede ser de gran ayuda.

- Tienes razón Snape- dijo Malfoy- podemos matarla y dejar desprotegido a Potter.

- Su novia no es su protectora- contesto Snape- pero les aseguro que El Señor Tenebroso puede encontrar una mejor utilidad que asesinarla.

- Me sorprende que lo pienses- se oyó una voz desde la silla más lejana y a la que no le daba casi la luz, Voldemort se acerco a la mesa dejando ver su decrepito rostro- tengo unas ideas muy buenas.

- No estará hablando en serio- dijo incrédula Bellatrix- una sangre sucia no pude servir para otra cosa mas que para ser asesinada.

- ¿Crees qué Lord Voldemort se equivoca?- pregunto frívolamente desde su asiento.

- Claro que no- titubeo la mujer- es solo que no le veo sentido.

- No es nuestra culpa que la mayoría de los presentes tengan un déficit mental muy elevado- bufó Snape, que estaba implicado en los planes que su señor estaba próximo a exponer.

- Veamos que tanto han entendido- dijo Voldemort- Lucius… ¿Cómo crees que reaccione el chico si le matamos a la novia?

- Lo más probable es que se quisiera vengar, estaría cegado por el sentimiento de desquite- objetó lo más rápido posible.

- Cierto, por lo que es deducible que Potter nos buscaría hasta darnos caza y no queremos que eso suceda, no ahora que se esta volviendo tan poderoso- señalo Snape.

- Entonces ¿Qué podemos hacer?- se preguntaron más de uno- sería mucho peor secuestrarla.

- En eso te equivocas- volvió a hablar Voldemort- si la secuestramos en las vacaciones y logramos convertir todo el amor que le tiene a Harry Potter, en odio y la devolvemos el 1 de Septiembre sana y salva.

- Eso no nos sirve de nada.

- Claro que nos sirve y de mucho- vocifero- no solo vamos a volverla contra él, sino que la convertiremos en el arma que me hará invencible.

- Seguimos sin entenderlo- dijo Bella, que fue la única que se animo a preguntar- no podemos deshacer su amor en un par de meses- expreso con asco.

- Esta bien, haber si así les queda mas claro- de nuevo Snape participo en la discusión- Rabastan… ¿Tú amas a tu esposa?- el mortifago asitió- que tal si te digo que sacrificándola harás que el Señor tenebroso triunfe… ¿la sacrificarías?

- Claro que lo haría- respondió el hombre.

- Eso significa que no la amas ó no de una manera muy sincera- se burlo Snape- pero si ponemos en tu lugar a Potter.

Todos captaron la idea con esa comparación, el joven no podría asesinar a su novia solo para asegurarse de que el mundo mágico estaría a salvo, no lo haría si la amaba y eso era algo que Voldemort podía utilizar para volver impotente a Harry Potter.

- Algo me dice que no solo la queremos para eso- dijo Lucius- en ese caso simplemente la atraparíamos y le haríamos frente.

- Ese es el otro propósito de dejarla con vida- dijo Snape- gracias a ella, podríamos deshacernos del enemigo prematuramente…

Esta vez nadie entendió muy bien la idea pero no se animaron a preguntar, lo único que sabían ó por lo menos tenían es que Hermione no volvería a ser la misma después de esas vacaciones.

Voldemort había puesto todo su interés en esos planes desde que Snape había llegado con la noticia, en esos años llenos de derrotas había aprendido que el sentimiento que más repudiaba era el sentimiento que lo haría ganador esta vez… Si el amor había salvado repetidas veces a Harry, ¿Por qué no lo haría caer?

Algo que no pretendía compartir con sus allegados era lo que haría en los próximos días, algo que solo sabían él y Snape, lo que daría pie a sus propósitos de volverse invencible ante la comunidad mágica…Esta vez sus planes no tenían ninguna falla, por única ocasión la victoria sería suya.

CAPITULO 3: La Despedida…*

- Harry, Harry- susurro Ron a su oído mientras Ginny agitaba a Hermione- ya es tarde.

- ¿Qué?

- El tren parte en una hora y aún no han desayunado- informo Ginny.

Harry y Hermione se exaltaron, por lo que se veía, ambos habían dormido en el sofá de la sala común, algo de lo que todos los Gryffindor se dieron cuenta al amanecer, la castaña no se detuvo para dar los buenos días a su novio, en cuanto le repitieron la hora había salido a su dormitorio para darse un baño y vestirse.

En cambio Harry, la miro extrañado y se volvió a sus amigos, les pregunto si ya habían desayunado pero ante la mueca de fastidio de Gin prefirió no indagar más, imito a su novia y se fue a acomodar su baúl que yacía vació, mientras que su ropa estaba regada en su cama.

Media hora después, ya estaban listos, Harry bajo su baúl lentamente, todos se estaban despidiendo de sus amigos, Neville no pudo retener las lagrimas y abrazo a Ron, este le dio unas palmaditas algo tontas en las espalda, para demostrarle que de alguna manera también lo extrañaría.

Ginny blanqueo los ojos al mismo tiempo que se reía por la escena que protagonizaban su hermano y su amigo, Harry le pregunto por Hermione y en respuesta obtuvo a una Ginny dubitativa, el chico frunció el entrecejo, pensaba que Hermione estaría con Gin, se detuvo a buscarla un poco pero no la localizo, estiro el cuello para ver si estaba en la sala común pero por mas que lo intento, no la encontró.

Espero encontrarla en el Gran Comedor pero no estaba ahí, le pidió a Ginny que la buscara en su dormitorio, la pelirroja negó cuando Harry la miro insistente al bajar las escaleras, no estaba preocupado por donde podría estar, lo que le extrañaba era que no le hubiese mencionado nada.

Cuando llego la hora de partir a Hodsmeade para subir al tren, la vio salir del despacho de Dumbledore, no pudo evitar que Harry la viera llorar, parecía que durante esa hora estuvo llorando frente a Dumbledore, Harry sin saber porque lo hacía y con el claro presentimiento de que jamás se enteraría se le acerco y la abrazo.

- Aquí esta tu baúl- dijo mirando su varita que lo traía volando.

- ¡Oh! Gracias- le dio un beso tímidamente limpiándose la cara.

- Debe irse señorita Granger- comento el anciano director- el tren no tarda en partir.

- Si, vamos Harry.

- ¿Puedo acompañarlos al tren?- pregunto Harry, Hermione no había notado que él no llevaba su baúl, lo miro por un segundo y después paso su mirada a Dumbledore.

- Lo siento Harry pero es muy arriesgado- respondió el viejo, los jóvenes se decepcionaron un poco, Hermione tenía la esperanza de pasar todo el viaje en los brazos de su amado pero ahora ya ni siquiera lo vería en el transcurso al pueblo- aunque cabe la posibilidad de que Hagrid quiera acompañarte…Srita. Granger sería tan amable de ir por él, debe estar en el Gran Comedor aún.

- Si, claro- dijo ella- ahora vuelvo, Harry le guiño un ojo.

- Debo decirle que su novia es excepcional, ha venido a pedirme que no te exponga a ningún peligro, no puedo creer que una mujer tenga tantas lagrimas- rió Dumbledore- no hay muchas como ella, con ese amor tan sincero, no creo que alguien se expondría de la manera en la que ella esta dispuesta.

- No comprendo- dijo Harry observando la puerta por la cual Hermione se había perdido unos instantes atrás.

- No espero que lo haga, solo quiero que se de cuenta de lo afortunado que eres.

Harry asintió en ese momento el guardabosques y la joven castaña entraban a la habitación.

- ¿Listo para irte, Harry?- dijo Hagrid sonriendo.

- Por supuesto- contesto, las palabras de Dumbledore cobraban sentido en ese momento, comenzaron a caminar, una vez en el vestíbulo Hagrid les dio espacio para que pudieran charlar.

- No debes preocuparte- le dijo Harry, secando sus silenciosas lagrimas con sus pulgares- piensa que no me puede pasar nada al lado de Dumbledore.

- Eres muy confiado- se quejo ella- Dumbledore será un mago muy experimentado… ¡Pero tú no!

- En ese caso piensa que si me pasa algo, fue porque hacía lo correcto- agrego él, Hermione lo abofeteo varias veces.

- Eres un imbecil…un estupído- le reprocho golpeándolo, todos en el Vestíbulo la miraban.

- Es solo un pequeño pleito- dijo Harry a los curiosos.

- ¿Estarías dispuesto a sacrificar tu vida por la seguridad del mundo mágico?- pregunto Hermione furiosa.

- Si pero solo mi vida, nunca sería capaz de sacrificar algo que amo- respondió Harry con suma franqueza.

Hermione no tuvo tiempo de replicar, los aurores que estaban a cargo de llevar a los alumnos al tren ya estaban ahí, la Profesora McGonagall estaba formando filas para que no se extraviaran al salir.

- Lo lamento Potter pero no puedes ir con ellos- sentenció McGonagall- no me importa que el mismo Dumbledore te haya dado permiso, lo que importa es que el Ministro no lo cree oportuno.

- ¿Cómo? No vendrás con nosotros- preguntaron Ginny y Ron al unísono.

Harry negó, los chicos se miraron contrariados, Ginny no sabía como despedirse de él, Ron estaba ceñudo y Neville aún tenía los ojos hinchados, Hermione no lograba mirar a Harry sin soltar otra lágrima.

- No se pongan así- los animo Harry- Dumbledore me ha prometido que pasaré las ultimas 2 semanas con ustedes- le dijo a los jóvenes Weasley.

- Ok, si no hay de otra- respondió Ginny- nos vemos- se despidió y se unió a la fila en la que Luna apenas acababa de unirse.

- Espero que logres encontrar todos los Horrocrux este verano- comentó Ron antes de darle un corto abrazo é igual que Ginny se mezclo en las filas.

Neville solo se despidió con la mano, tomo su baúl y con una ultima mirada de soslayo a Harry se perdió entre los magos que partían a su casa ese día.

- Supongo que este es el adiós- dijo Hermione sin poder evitar la despedida.

- En eso te equivocas- respondió Harry- es solo un hasta luego- dándole un corto beso en los labios- nos veremos en el próximo curso, sabes que no te podré escribir para que nadie nos pueda seguir pero eso no quita que no deje de extrañarte- Hermione comenzó a llorar de nuevo- oh, no quiero que sigas así, no me va a pasar nada, ya lo hablamos y tú mas que nadie sabe mis motivos para hacer lo que hago.

- No deja de ser injusto- reprocho ella- no puedo creer que…- Harry le puso el dedo en los labios para silenciarla.

- McGonagall nos esta viendo- dijo Harry, no los miraba por el hecho de que la castaña estaba llorando ya que la profesora comprendía su posición, los miraba porque ya era hora de que Hermione se uniera a sus compañeros y partiera a casa.

- Te amo- le dijo abrazándolo.

- Yo también y no tienes una idea de cuanto te voy a extrañar- contesto Harry, dejándose doblegar por las emociones que Hermione le había contagiado pero debía mostrarse fuerte y no demostrar su miedo al fracaso.

- Creo que tengo una idea muy cercana- manifestó Hermione haciéndose de su baúl y acercándose a la profesora que tendría que escoltarla hasta el grupo ya que era la única que quedaba.

Harry se quedo ahí mirándola, veía como se marchaba, bajo el manto de una ligera lluvia, sabía que no quería que se fuera, que quería que se quedara con él pero eso era imposible, también sabía que no tenía idea alguna de cuando la volvería a ver ó si la volvería a ver; así que en un arranque de pánico y amor se echo a correr para alcanzarlas.

No estaban muy lejos, Hermione se había detenido cerca de la cabaña de Hagrid como si hubiera presentido lo que Harry haría, lo vio correr hacía ella y como por instinto dejo caer su baúl é hizo lo mismo, una vez que estuvieron lo suficientemente cerca Harry la tomó por la cabeza, entrelazando sus dedos con su cabello y le dio el beso mas apasionado que habían tendido en su relación, aunque su sabor era algo más allá que una despedida, sabía mas a ser el ultimo.

CAPITULO 4: El Secuestro…*

La profesora McGonagall tuvo que fingir una tos seca para hacer que se separaran, no pudo evitar conmoverse con ese beso, no dudo ni por un segundo que Potter amara a Hermione y por lo que se percibía, Hermione lo amaba aún más.

Los hubiera dejado seguir de no ser porque el tren partía en 5 minutos y la castaña estaba retrasada, si los dejaba disfrutar esos momentos ella tendría que llevar personalmente a la chica a su casa.

Hermione todavía con los ojos húmedos le dijo a Harry de nuevo que lo amaba y se despidió de él, McGonagall la hizo correr pero no eso no las haría llegar a tiempo así que en la entrada a los terrenos del Colegio la obligo a aparecerse en Hogsmade, llegaron a la estación en el momento justo, el Expreso de Hogwarts estaba dando el ultimo silbido antes de irse.

Hermione se despidió de ella, le dio las gracias y subió al tren, paso los últimos diez minutos buscando a sus amigos, mientras caminaba por el pasillo, muchos se le quedaban viendo, Hermione no ponía atención en eso pues sabía que se debía a su noviazgo con Harry, eso había incrementado su popularidad en un 100%, los de Hufflepuff y Ravenclaw estaban de acuerdo con la relación pero Slytherin tenía el arma perfecta para herir a Potter, si ya le iba mal a la chica antes de hacerse tan popular, ahora los Slys no la dejaban ni un momento en paz.

Tuvo que detenerse un par de segundos para descansar, no podía cargar a base de magia el baúl en el tren porque debía dar un ejemplo a los alumnos de grados menores, pero se arrepintió al ver donde se había detenido, estaban frente al compartimiento del príncipe de Slytherin, ¿No pudiste descansar en un lugar peor?- pensó, en ese instante Draco Malfoy salía con su típica cara de asco.

- ¿Se te ha perdido algo, Sangre Sucia?

- No pero ya que lo mencionas creo que el olfato ya que no olí su singular aroma- dijo refiriéndose a los compañeros de Malfoy- no te preocupes ya me iba, no vaya ser que me de asco.

- Asco es el que nos has provocado- contesto Malfoy.

- ¿Pasa algo aquí?- pregunto la señora del carrito, inmediatamente Hermione negó y Malfoy con su singular gesto regreso a su compartimiento.

La chica se alejo de ese compartimiento y regreso a la búsqueda de sus amigos, aproximadamente después de cinco minutos los encontró en el ultimo vagón, Neville estaba mas animado, Ginny y Luna bromeaban con respecto a un articulo del Quisquilloso y Ron estaba enfurruñado cerca de la ventana, pero al ver a Hermione se levanto y como un caballero le ayudo a subir su equipaje.

- ¿Estas bien?- le pregunto al ver su rostro, Hermione se veía decaída y meditabunda.

- Si, claro-respondió pero su voz se corto dos veces, estaba pensando en su pelea con Malfoy y en la despedida que le había dado Harry, se llevo los dedos a los labios y saboreo lo que quedaba del beso.

Después de eso, Hermione no volvió a abrir la boca para hablar, de dedico a llorar en silencio y sus amigos respetaban su tristeza, así que no intentaron animarla pues comprendían como debía sentirse por haberse alejado de Harry, pues se veían tan felices juntos, como si se complementaran el uno al otro y separarlos fuera un error.

El viaje fue tranquilo, habían llegado antes de lo esperado a King Cross, cuando bajaron al anden 9 ¾ los padres de Hermione aún no llegaban, solo estaban ahí los Sres. Weasley, la abuela de Neville y el padre de Luna, la castaña sintió una oleada de soledad…tenía un mal presentimiento.
Más allá, Narcisa Malfoy recibía a su hijo con una amplia sonrisa, pero la desvió para mirarla a ella con desden, como si se riera de algo gracioso, Hermione intento no darle importancia.

- ¿Cómo estas Hermione?- pregunto Molly, en cuanto saludo a sus hijos y ellos le indicaron que su amiga estaba triste, la joven contesto con unas orbes llenas de lagrimas- Oh, cariño, no te pongas así, Harry es un chico muy listo y no dejara que le pase nada solo por volver a ti.

- ¿Quién me lo puede asegurar?- respondió mas deprimida aún.

- Lo puedo hacer yo-terció Arthur Weasley-Dumbledore quiere a Harry como si fuera su nieto y créeme que lo protegerá.

La chica no creyó nada de lo que dijo pero asintió por mera cortesía, mientras esperaba a sus padres recordó la noche anterior, había perdido la cuenta de cuantas veces Harry le había dicho “te amo” pasando la numero veinte, pero como acordarse si los besos que se daban la dejaban hiperventilando- río divertida mientras recordaba como su novio había hecho el intento de decírselo en francés- pero esa entretención fue bloqueada cuando llegaron los Granger.

- ¡Mione!-grito alegre su padre.

- Hola-dijo ella, enjugándose las lagrimas con las mangas de su sudadera.

- ¿Qué te sucede?-inquirió su madre- ¿Has peleado con Harry?

- No, son tonterías.-

- Nada que te haga llorar es tonto-dijeron sus padres al mismo tiempo.

- Solo fue la despedida, me cuesta separarme de él-respondió avergonzada.

- Tranquila, mi amor- suspiro el Sr. Granger, abrazándola con un brazo y frotándole el hombro con cariño- lo veras en unos meses.

- Eso es lo que temo, que quizás no lo vuelva a ver.-

- Deja de atormentarte-la regaño su madre- ahora despídete que debemos ir por nuestras cosas para irnos a Ámsterdam en la noche.

- ¿Ta…Tan pronto?- tartamudeo por la sorpresa.

- Si, nos urge irnos ya, si corres peligro no debes estar en el país ni un día- apuntaron.

Hermione les hizo caso, les dijo adiós a todos y los siguió tras la barrera mágica que separaba el mundo mágico del muggle, caminaron entre los andenes 9 y 10 hasta la salida, donde los esperaba el coche escarlata del señor Granger, subieron su baúl rápidamente y partieron.

Llegaron a su casa en minutos, Hermione no pudo dejar de notar los cambios, cada mueble de la estancia estaba cubierto por sabanas blancas, como si la casa estuviera abandonada, sus padres la apuraron pero estaba tan oscuro que no podía moverse a ningún lado.

- Solo sube por tu maleta, ya la he preparado yo- índico la señora Granger, su voz parecía nerviosa.

Hermione obedeció, dejo su baúl en el vestíbulo y subió rápidamente, cogió la maleta preguntándose porque actuaban tan extraño cosas que no llego a contestar porque escucho gritos y forcejeos en el primer piso, al llegar a la escalera visualizó a su madre entre los brazos de Lucius Malfoy y a su padre tendido en el piso con la frente sangrando, Bellatrix Lestrange estaba sobre él con la varita colocada sobre su cuello, por lo menos había otros diez mortifagos a los que no conocía.

Saco su varita y comenzó a atacar a diestra y siniestra pero jamás se le ocurrió voltear a ver si alguien la estaba siguiendo, por lo que al tercer hechizo aturdidor, un brazo se enredo en su cuello, asfixiándola, lo que minutos después la hizo caer inconsciente.

- Imbecil- refunfuño Malfoy- más te vale que no la hayas matado.

- No creo, solo la he dejado sin sentido- contesto Draco, cargándola.

- ¿Qué haremos con ellos?- dijo uno de los mortifagos señalando a los padres de la chica.

- A ellos no nos han pedido que los llevemos- contesto Malfoy, la Sra. Granger soltó un grito ahogado cuando vio a su esposo y a su hija inconcientes é intento zafarse- solo mátalos.

Arrojo a la mujer junto a su marido y el mortifago mas cercano grito: Avada Kedavra.

Draco junto con el cuerpo inconsciente de Hermione desaparecieron, mientras que Malfoy senior y los demás se quedaban para darle ciertas características a la escena del crimen que desviaran las evidencias a otro punto.
Tiro un pedazo de papel cerca de los padres de Hermione y desapareció, del fragmento de pergamino solo se alcanzaba a leer: “Lo siento Her…” con los trazos irregulares de cierto moreno.

CAPITULO 5: Primera Fase… “Conversión”

Hermione sintió dolor en su hombro derecho al estrellarse contra el frío piso de piedra, Draco la había tirado sin consideraciones dentro de la “mazmorra” que había en el lugar, la chica se raspó la cara al caer y parte de su ropa quedó rasgada, aunque eso no la hizo despertar.

Escuchaba voces a su alrededor pero no cerca de ella, las únicas que lograba reconocer eran la del rubio, la de Snape y la de Lucius Malfoy.

-Debemos esperar a que llegue- indico Malfoy.

-Son unos idiotas, debieron traer a uno de sus padres para poder sacrificarlo- reprochó Snape -Eso traerá una consecuencia.-

-Se nos especifico traerla a ella- se defendió Draco.

-Veamos ¿Cómo hace un horrocrux el señor tenebroso sin una victima?- se quejó Snape, enfatizando la palabra como, ya que era obvio que alguno no saldría vivo esa noche.

Hubo un largo silencio hasta que se escucharon frases llenas de hipocresía y saludos melosos.

-¡Ah! Veo que ya la han traído- se oyó una voz fría que Hermione no logró reconocer.

-Si, mi señor…todos creen que esta de vacaciones- informó Malfoy.

-Excelente, excelente- siguió la misma voz cruel- Tú, despiértala…quiero que me vea antes de que la convierta.-

Una gélida mano golpeó sus mejillas y lentamente la hizo salir de la inconciencia, lo que provoco también que sintiera dolor, se había dislocado el hombro y la cara le ardía pero eso no era nada a comparación de lo que sus ojos veían, un rostro libido sin nariz y unos orbes que tenían rendijas en lugar de pupilas.

-¡Oh!, no te asustes- musitó Voldemort, ya que la chica soltó un grito ahogado -No te haré daño, por lo menos nada grave.-

-¿Por qué no simplemente me mata?- lo retó Hermione, intentando parecer valiente pero su cuerpo entero temblaba.

-No seas petulante maldita sangre sucia- le gritó un mortifago desconocido.

-¡Cállate Nott!- le ordenó el señor tenebroso y luego se dirigió a la chica- ¿Quieres saber porque no te mataré?- Hermione asintió temerosa de la respuesta -Bien, tú lo has pedido…No te asesinare porque me sirves más con vida, cuando mates con tus propias manos a tu amado Potter veras de que hablo.-

-¡Nunca!- chilló en un grito -¡Nunca lo haré! Prefiero morir.-

-¡Crucio!-

Hermione se retorció de dolor en el suelo, sentía cada milímetro de su ser vibrar por el padecimiento, su hombro dislocado parecía querer salir de su piel, ella se resistió a soltar un solo gemido, tal y como lo hubiera hecho Harry…Después ya no se enteró de nada.

Voldemort la dejó de torturar en cuanto quedo inconciente, en ese momento se dedicó a convertirla sin escrúpulos, mató al mortifago que lo había interrumpido y con la misma crueldad arrebató de su cuerpo un fragmento de alma, el séptimo.

Lo introdujo a la chica que reposaba respirando entrecortadamente en el piso, acto seguido, ella abrió los ojos sorprendida y cayó de nuevo en un dolor incesante.

Estaba muerta…pensaba…No volvería a besar a Harry, ni decirle cuanto lo amaba, pronto vería a sus padres sonriéndole desde alguna clase de luz cegadora que no la dejaría ver -Espero a sentir dolor por pensar en aquello pero no sucedió- Estaba en paz, ya no había nada que la molestara.
Salvo la perdida del tiempo y que le hubiesen arrebatado la vida de aquella manera tan brusca, sin darle la oportunidad de despedirse ó mínimo de que su novio se enterara pero era lo mejor, así él tendría tiempo para buscar la manera de deshacerse de Voldemort…aún así le mortificaba no volverlo a ver, ni a él ni a sus amigos.
No escucharía de nuevo las quejas de Ron, ni miraría la sonrisa de su amiga cada vez que ella se sonrojaba al hablar de Harry, simplemente le habían arrebatado la oportunidad de seguir.
¿Qué sería de Harry? ¿Cómo tomaría su muerte? Sería tan estupido como para querer vengar su muerte dejando los planes atrás, sin que nadie pudiera detenerlo y a fin de cuentas terminara como ella…


-¡Ennervate!- escuchó lejanamente.

Volvió en si pero sin abrir los ojos, había perdido la noción de lo que pasaba no recordaba nada de lo que había sucedido, lo ultimo que le venía a la mente eran sus padres en la estación, pero nada más.

-¿Funcionó?- preguntaron algunos.

-Esperen- Terció Snape -Nunca se ha hecho con humanos.-

-¿Dudan de Lord Voldemort?- Escuchó la voz amenazadora que no le era familiar, solo supo quien era porque lo había mencionado…pero no le encontraba sentido a sus palabras.

-No, claro que no.-

-¡Ennervate!- repitió, Hermione sintió dolor de nuevo pero era muy leve casi nulo.

Poco a poco sus parpados cedieron ante la expectación de los presentes, hubo varios gritos ahogados por lo que presenciaban, sus ojos marrones ahora eran suplidos por un par de rendijas negras cubiertas por un color rojo brillante.

CAPITULO 6: Intentos vanos…*

Cerró los ojos y cayó nuevamente en alguna clase de sueño, no tenía sentido lo que veía mucho menos lo que escuchaba, si estaba muerta entonces porque aún sentía frío.
En ese momento sucedió algo que la hizo recapacitar en su idea de estar muerta, sentía unas palmaditas en la cara eran suaves y gélidas al mismo tiempo sólo para intentar sacarla de su inconsciencia pero no para causarle dolor.
Se le dificultaba abrir los parpados, en primer lugar porque no estaba segura de poder hacerlo y en segundo, porque no quería ver donde estaba, le asustaban sus suposiciones aún así sus parpados condescendieron y por fin pudo observar lo que la golpeaba.
No se asusto, su cerebro no parecía marcar diferencia entre su situación y el miedo, logro ver a un hombre con cabello negro y grasoso con nariz curvada, él también la examinaba a ella con aprensión.

Hermione se quedo quieta en el lugar donde estaba, presionaba su cerebro para recordar algo pero simplemente no salía nada, observo la mazmorra en la que estaba con indiferencia, fingiendo que no importaba pero se sentía frustrada por la falta de cooperación de su cerebro.

¿Quién era? ¿Qué hacía ahí? ¿Por qué la miraban de aquella manera?

Y de la nada llegaron las respuestas, como si su cerebro se hubiera retrasado un poco en enviar la información, perdió el equilibrio al ver lo que le habían mandado…eran fragmentos en forma de flash, que le dejaban ver a su padre tirado en el piso y a su madre aullando por ver a su marido así, mientras alguien que no lograba ver la sujetaba…Hermione cerró los ojos para negarse a seguir viendo las dolorosas imágenes pero en ese momento vino lo peor, el ultimo recuerdo antes de caer inconsciente fue la nota que decía lo siento.

- No- sollozo- esto no puede estar pasando.

- Srita., ¿Está usted bien?- le pregunto Snape con una amabilidad imaginable, la chica se estremeció mientras localizaba a su interlocutor, aún se secaba las lagrimas.

Hermione lo miro detenidamente más de diez minutos sin que el hombre obtuviera una respuesta, así que el mortifago les ordeno que la dejaran sola en lo que se le pasaba el shock, la castaña no volvió a moverse, se quedo inerte con la mirada en el mismo punto donde había estado su profesor.

- Ah- se oyó un susurro- Sangre sucia inmunda, te has ganado el honor más grande que el señor tenebroso puede dar, hasta eso, no ha sido totalmente tuyo…me han dado la misión que representara mi ascenso, tan fácil, como derrotar a tu noviecito en Quidditch- dijo Malfoy con alevosía, paseando alrededor de ella- lastima que sea indirectamente, y que tenga que ver contigo- se detuvo y se puso en cuclillas, tomándole la barbilla con los dedos índice y pulgar.

La joven no se inmutó, Draco le presto atención a sus facciones, viendo cada una de ellas, sin dejar pasar el detalle de las brillantes lagrimas que rodaban por sus mejillas, recordó lo que había visto unos minutos atrás, unas rendijas bastante amedrentadoras.

Se percato de que poco a poco sentía “lastima” por lo que sus orbes veían y volvió a ponerse prepotente con ella, aventando su barbilla con fuerza y asco.

- Puaj- escupió al soltarla, Hermione cayó de nuevo, raspándose sobre los rasguños que ya tenía.

- ¿Qué has hecho?- inquirió Bellatrix al entrar a la mazmorra.

- Lo que deberíamos hacer con todos los sangre sucia del mundo- repuso él.

- ¡No con esta, idiota! Ella…ella- la miro haciendo una mueca de repugnancia- ella es la elegida, ahora es como él, tiene su alma…La sangre sucia debe ser venerada como veneramos al Señor Tenebroso.

Se hincó frente Hermione y con un pañuelo que sacó de su tunica, comenzó a secarle las pequeñas gotas de sangre que sulfuraban por las heridas, con cada movimiento parecía que se iba a vomitar, Draco veía con una sonrisa maliciosa en el rostro como su tía se doblegaba ante una escoria como lo era Hermione.
La chica parecía una pequeña muñeca de trapo, tan maleable y frágil, no había mas que un inmenso vació en su mirada un hueco enorme que había dejado la transformación, Hermione no lograba engranar sus ideas, todo lo que pasaba por su mente era incoherente.
Bellatrix dejo de limpiarla y tomó a su sobrino violentamente por el codo para sacarlo de la mazmorra.

- ¡¿Qué has hecho QUE?!- rugió su padre cuando su cuñada le contó lo que había visto.
- Tan solo es una sangre sucia, ¿Por qué le voy a dar un trato diferente?- repuso el rubio con petulancia, a lo que su padre le respondió con una bofetada.
- Lucius- bramó su mujer abrazando a su hijo para protegerlo, Draco miraba a su progenitor con odio.
- La chica es una prioridad, no es solo una cosa, es la llave hacía el triunfo del Señor Tenebroso, ¿Sabes como reaccionaría él ante tu atrevimiento?- cuestiono Malfoy.
- No padre- dijo Draco con una mano sobre la mejilla, sacando las palabras a regañadientes.
- Esta pelea no tiene un propósito claro- terció Snape- Así que a tu hijo se le prohibirá entrar a la mazmorra mientras ella se encuentre aquí, tan solo debe saber sus indicaciones para cuando llegue el momento- ordeno antes de entrar a la habitación.

Los Malfoy se quedaron detrás de la puerta, haciéndole saber al integrante mas joven en lo que consistía su trabajo, Draco hizo mala cara a todas las ordenes, en las que se le decía que debía ser la niñera de la sabelotodo hasta que ella completara su misión, ya que esa sería la única manera de que él realizara la suya.
*/*/*/*

Severus la miro detenidamente antes de entrar por completo, no sabía hasta donde podría estar conciente la joven y mucho menos saber con certeza si fingía o estaba fuera de si.
Pero Hermione no se movía ni hacía intento de hacerlo, así que el mortifago puso en marcha el plan pre-establecido, se acerco a ella sigilosamente para no provocar una respuesta violenta, con sutileza coloco la punta de su varita sobre la sien de la castaña y extrajo sus ultimas memorias, embotellando el delgado hilo plateado en un frasco del que mas tarde se desharía.

Después de eso obligo a Hermione a beber una poción para que no hubiera el mas mínimo error al limpiar su mente, lo que le siguió a los planes fueron largas semanas en las que implementaron toda clase de infamias para que la chica creyera que la muerte de sus padres había sido obra de su amado novio: Harry Potter.

- Debe ser difícil saber que él mando matar a tus padres- decía una voz dentro de la cabeza de la chica.
- No, Harry no pudo es inconcebible, ¿Por qué lo haría? No, debe ser un error- contestaba Hermione una y otra vez, hasta el punto en que cualquiera que la viera creería que estaba loca.
- Tal vez le informaron mal- porfiaba la voz, Hermione había pasado los primeros días buscando la fuente de la misma hasta que se dio por vencida y acepto que era ella la que generaba los argumentos- quizás la Orden cometió un desliz al actuar.
- Es imposible, ya te lo he dicho…simplemente se descuidaron al cuidarlos y por eso…por eso ahora ellos están…est…án muertos- sollozo, no podía diferir en que alguien había descuidado la seguridad de sus padres.
- Eso es lo que quieres ver, no te das cuenta de que están muertos por su culpa.
- ¡NO! Yo creo en Harry y él nunca haría eso.

La voz dejo de debatirlo, como lo hacía cada vez que llegaban a esa parte pero para Hermione, aceptar que su novio tuviera parte en el asesinato de sus padres era tan inverosímil como creer que Lord Voldemort era misericordioso.
Su mente solo trabajaba para debatir ese punto, ya que los mortifagos no dejaban que un momento de conciencia se asomara para que la chica no huyera hasta que el momento oportuno llegara.

CAPITULO 7: De vuelta…*

El señor Weasley se apareció de la nada, sobre la colina cercana a su casa, había pasado toda la noche en vela por las redadas que habían realizado, se quito los anteojos para limpiarlos debido a que la aparición los había empañado, mientras caminaba no lograba distinguir mas que los faroles que iluminaban la entrada a la madriguera.
Coloco los anteojos en su lugar y saco la varita para poder cruzar el campo mágico que protegía su hogar, cuando de la nada escucho gemidos detrás de él…se puso alerta a cualquier ataque mientras buscaba el origen del los sonidos.

- Lumos- susurro a la varita y la punta de esta se encendió dejando ver a la chica que generaba los gemidos ahogados de dolor- ¡Gárgolas galopantes! ¿Hermione?

La joven se retorció en el césped, mientras contorsionaba su rostro, el Sr. Weasley se acerco para verificar si era ella y no una trampa, habían pasado días desde que perdieron su rastro y ahora, espontáneamente llegaba a su casa sin aviso ni nada, tal vez los habían atacado y ella logro huir a la madriguera.

- ¿Hermione?- le palmeo la cara para despertarla pero no servía de nada.

Arthur Weasley la encanto para que estuviera sobre una camilla invisible y así poderla llevar a la seguridad de su casa, paso la varita por la barrera mágica y la llevo lo antes posible dentro.
Su mujer lo estaba esperando como cada noche, casi al borde de la histeria al ver la manecilla de su singular reloj en “Peligro de muerte”, salto del sofá y lo abrazo, sin percatarse de la chica que flotaba en el aire por lo que la tiro al piso sin pretenderlo.

- Molly, ten más cuidado- la regaño su esposo.
- ¿Quién es Arthur? Sabes que no debes recoger extraños en la calle, es peligroso…- se quedo muda al ver el rostro de la joven, Hermione al contacto con la luz se veía en un estado deplorable, parecía como si hubiese estado huyendo durante mucho tiempo, también tenía unos feos rasguños en varias partes de su piel y se denotaba que no había llevado una buena alimentación- ¿Qué le sucedió Arthur?
- Es lo que quisiera saber, la he encontrado fuera de la barrera y la he traído de inmediato.
- Debemos decirle a Harry, ella no se ve nada bien- sugirió Molly.
- No, cielo, eso no es posible si no le informamos nada cuando los señores Granger fueron encontrados asesinados, menos ahora, no podemos interponernos con su misión- repuso, mirando a la castaña con una mueca de lastima- esperemos a que el chico venga.

La Sra. Weasley asintió y rápidamente fue a buscar lo necesario para poder tratar las heridas de Hermione, justo en el momento en el que le aplico bálsamo para desinfectar Hermione se levanto bruscamente sacando su varita y colocándola en el cuello de la mujer.
- Tranquila Hermione, estas bien- dijo nerviosa Molly pero su atacante lo estaba más, se veía desubicada y confundida.
- ¿En dónde estoy?- inquirió bajando la varita un poco.
- Hermione, cariño, estas en la madriguera, estas a salvo, baja ya esa cosa- le señalo.

La chica la miro indecisa no estaba dispuesta a bajarla, pero hubo algo que la obligo, contra su voluntad la guardo y acto seguido, una serie de imágenes inundo su mente, en ellas veía a la señora que la estaba curando y pudo recordar quien era.
Hermione la abrazo y se puso a llorar en su hombro, no era propio de ella hacer eso ya que nunca había intimado con la mamá de Ron pero ahora, algo, una tristeza insoportable la obligaba a liberar las lagrimas que se había tragado por tantas semanas sin saber porque.

- ¿Mamá, qué sucede?- pregunto una voz somnolienta desde la escalera- ¿Hermione? ¿Qué diablos te paso?

Ginny corrió hacia ellas y abrazo a su amiga con fuerza, ya que en las esas semanas había creído que la despedida en King Cross había sido la última vez que la vería con vida, incluso llego a suponer que estaba muerta o que la capturaron los partidarios de Voldemort.

- ¿Dónde habías estado, eh?- le gruño con lagrimas brotando de sus ojos- No sabes lo difícil que fue creer que estabas mu…desaparecida, Harry casi se muere cuando le mande la lechuza diciéndole que no aparecías.
- ¿Le mandaste una carta a Harry? Ginevra, eso estaba prohibido, has puesto en riesgo todo lo que han hecho.
- Él merecía saberlo madre, su novia no aparecía, además él me pidió que lo mantuviera informado- exclamó.

Hermione era ajena a esa conversación, no sabía porque, sentía lo mismo que Ginny, como si en esas semanas lo que la hubiera mantenido viva era saber que no volvería a ver a nadie.

- ¿Estas bien?- cuestiono la pelirroja al observar bien a su amiga.
- Creo que si- respondió con una voz ronca, una voz que no era la suya del todo, intento sonreír pero solo consiguió un amago.
- No lo creo, tan solo mírate.
- Solo me falta un baño y un dormir, estaré como nueva- su voz volvió a sonar rara como si sollozara y siseara al mismo tiempo.
- Nada de eso, primero comes- índico la Sra. Weasley dirigiéndose a la cocina para servirle a la castaña un plato caliente de estofado, sin quitarle los ojos de encima ya que la forma en la que la ataco la tenia desconfiada.

Hermione estaba apunto de desplomarse de cansancio pero su amiga no la dejaba con tan incesantes preguntas, no dejaba de preguntar donde había estado ó que había hecho, sin embargo, Hermione no tenía una respuesta viable a ninguna pregunta lo unico que recordaba fue haber querido atacar a la señora Weasley y una vago pensamiento de que Harry era culpable de algo.

*******
- Listo- señalo Draco- la he dejado a las afueras de la casa, si se le puede llamar casa.
- Muy bien, Draco, muy bien- dijo Lord Voldemort con su voz fría y cruel- ¿Le administraste la pócima que Snape te proporciono?
- Si, mi señor, hasta la última gota.
- Perfecto- suspiro- Esto es tan exquisito y tan hostigante, puedo saber lo que piensa, entrar en ella pero me atormenta tener que hacerlo cuando no sirve para nada.
- Un poco de Oclumancia servirá, señor- propuso Malfoy.
- Si, claro pero solo me liberara de su mente más no de sus sentimientos.
- Deben ser los efectos secundarios, mi señor, le ruego que me de tiempo para saber como evitar el contacto permanente- se ofreció Snape.

Lord Voldemort lo ignoro mientras visualizaba lo que la chica veía.

*******

Hermione le agradeció a la Sra. Weasley la hospitalidad y le rogó a Ginny que se fueran a su dormitorio, argumentando que no se sentía bien, su amiga accedió pero seguía creyendo al igual que su madre que algo no andaba bien con ella.

¡wuaw sofie!
¡Se esta poniendo buenisismo!
No sabes, estuve tan deseperada esperando que actualizaras en PPL y se me ocurrio buscarla aqui y ya la tienes mas avanzada!
Que malvada,
Ya quiero ver a Draki-pooh en accion! jaja xD
¡¡Y ver como reacciona Harry!!
Y Hermy, al verlo!
jaja en fin, si no es mucho pedir actualiza cuando puedas, mas temprano que tarde.

¡Un besote!
Cani